Hoy iba a contarte una de las conversaciones de nuestro curso on line, en particular una sobre el pitching; pero se me ha cruzado la página de laFundéu BBVA con una irresistible publicación titulada La guerra de las galaxias, claves de redacción.
La Fundación del Español Urgente —Fundéu BBVA—, es una institución sin ánimo de lucro que tiene como principal objetivo impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación. A ella y a la RAE me he dirigido un montón de veces para resolver dudas surgidas durante la escritura.
Todos sabéis que la galaxia está de estreno con el episodio séptimo de la saga de La guerra de las galaxias, El despertar de la fuerza. La Fundeu nos deja algunas recomendaciones para escribir al respecto. Nos explica por ejemplo que ” Los nombres colectivos de las diversas criaturas se escriben, a semejanza de las etnias y los pueblos, en minúscula, y en cursiva o entre comillas si no se adaptan a las pautas fonéticas y ortográficas del español”. Y que de la misma forma, en minúscula y cursiva, debe escribirse la palabra jedi al aplicarse a los caballeros individuales o como adjetivo, mientras que debe escribirse con mayúscula cuando se refiere a la orden.
Crear un universo. Poner nombre a sus lugares, a sus criaturas y hacer de ello algo importante, tan importante como para saber cuándo debemos escribir una palabra con mayúscula o minúscula. Criaturas que hacemos nuestras más allá de la pantalla. En La guerra de las galaxias el género fantástico propicia que la creación del universo sea una de las claves, pero quien ha pasado por clase sabe que tiene un compromiso con el universo de su guión; la vida cotidiana de Elisa una mujer que tiene una tienda de té en Barcelona o la de Ricardo, vendedor de seguros de Benavente, también transcurren en algún lugar, aunque no sea una galaxia muy muy lejana y podamos reconocerlo nada más salir de nuestro portal. Ambos tienen su contexto único igual que lo tienen los estibadores del puerto de Baltimore en The Wire, o las internas de una cárcel de mujeres de Connecticut. Nunca olvides el mundo en el que se mueven tus personajes, aunque a veces no necesites demasiadas líneas de explicaciones; ya sabemos que no es lo mismo recolectar chatarra en el planeta Jakku que comprarle el periódico a Pili, la del quiosco de abajo.
El universo de Elisa, de Ricardo, del Cid Campeador o de un gnomo viviente de un jardín de Kerala es tu responsabilidad como guionista.
Crear cada universo es darle verdad a la escritura y en esa verdad nos va la vida. Por eso la ficción nos acompaña a ti y a mí. Por eso la Fundeú, nos explica con rigor, esmero y primor, cuándo debe ir la palabra jedi con mayúscula y cuándo con minúscula. Porque cuando menos te lo esperas, un jedi o cualquier otra criatura ficticia, aparece para revelarte quien eres, qué deseas, y si me apuras, para enfrentarte, junto al escritor, “a la necesaria muerte que me nombra cada día”, en palabras de Jorge Semprún.